La subasta que la sala Balclis de Barcelona celebra hoy y mañana se ha quedado sin su estrella. La Virgen gótica del monasterio de Santa Maria de Bellpuig de les Avellanes (La Noguera), una escultura de piedra caliza policromada del siglo XIV atribuida al escultor Bartomeu de Robió, que aparecía en la portada del catálogo de la subasta de mayo, no podrá ser vendida. La Dirección General de Patrimonio envió el jueves 13 a Balclis una nota en la que explicaba que la pieza era un Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) y que posponía su venta. "La escultura es un BCIN y la legislación nos da el plazo de dos meses para estudiar si queremos adquirir la obra por el precio marcado, que es 120.000 euros", aseguran en la Generalitat. Según la nota, la escultura fue declarada Bien de Interés Cultural el 30 de julio de 1991 y se publicó en el DOG del 23 de septiembre. En ese momento la talla se atribuyó a Jaume Cascalls, otro autor de la escuela de Lleida.
Según la Ley de Patrimonio Catalán, los propietarios del BCIN han de notificar al Departamento de Cultura su intención de transmitir los bienes, y han de indicar el precio, las condiciones de la transmisión y la identidad del adquiriente. "Nosotros nos hemos enterado de la venta de la Virgen por la publicación del catálogo", aseguran en la Generalitat. La misma ley fija que la Generalitat podrá ejercer el derecho de tanteo en beneficio de otras instituciones públicas o entidades privadas sin ánimo de lucro, y adquirir la pieza por el precio fijado para la subasta. "La Virgen tiene varios novios, que tendrán que conseguir el dinero para comprarla", explican las mismas fuentes de la Generalitat. En caso contrario, podrá venderse en la subasta de octubre, ya que la de julio es minisubasta, en la que Balclis sólo pone a la venta piezas menores, aseguran desde la sala barcelonesa.
Cuando se anunció la venta de esta talla de 90 centímetros de altura, calificada de "excepcional por su calidad y por su conservación" por Balclis, fueron varios los museos que manifestaron su interés por ella; entre ellos el Museo de Lleida, que cuenta con varias obras del mismo autor en sus salas.
Según se ha documentado, en 1894 la Virgen fue adquirida por el banquero leridano Agustí Santesmases, que, más tarde, la vendió al coleccionista Charles Deering. Uno de sus descendientes la entregó, antes de volver a Estados Unidos, a la hija de su hombre de confianza en Tarragona, Josep Vilar.
Si la Generalitat adquiere la talla, el gran beneficiado será el actual propietario de la escultura: se ahorrará el 15% de comisión que tiene la obligación de pagar por la transacción, que en este caso se eleva a 18.000 euros. Eso sí, no podrá beneficiarse de las subidas de precio tras cada una de las pujas de los "novios" interesados en comprarla.
19-5-10 El País
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