Lo que no consiguieron varios terremotos y varias erupciones del volcán Vesubio con toda probabilidad lo acabe consiguiendo la concienzuda desidia humana. Pompeya resistió a todo tipo de desastres naturales además de varios asedios con cruentos ataques que dejaron huella en sus murallas, pero para lo que no estaba preparada esta modesta ciudad portuaria de la costa napolitana era para la capacidad del ser humano por acabar destruyendo todo aquello que se propone.
Porque no cabe otra explicación para lo que está sucediendo en el
yacimiento romano mejor conservado de todo el mundo. Pompeya cuenta con
dos problemas fundamentales: el primero de ellos es el sistema mafioso
que ha extendido sus tentáculos sobre el control de todos los estamentos
del yacimiento y el otro, consecuencia del primero, es la ausencia de
programas íntegros de consolidación y recuperación de los restos
excavados.
Cuando a penas sigue abierta la famosa Casa del Fauno en todo el
yacimiento llegan noticias de un nuevo derrumbe, esta vez de varias
pinturas murales que aparentemente estaban en buen estado de
conservación. El primer ministro italiano, Mario Monti, se ha propuesto
mediante una financiación europea e italiana salvar al yacimiento
alejando al crimen organizado del yacimiento y así poder intervenir.
Probablemente si no se apremian en atajar los problemas señalados de
raíz las próximas generaciones pierdan la posibilidad de contemplar un
yacimiento único e incomparable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario